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Día Internacional de la ONU

 

Día Internacional de la ONU
por Gerardo Sagid Departamento de Servicios de Supervisión Interna DSI MINNUM 2013


DÍAS DEL RECUERDO Y LA RECONCILIACIÓN CONMEMORACIÓN DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
8 y 9 de Mayo





El Día de la Victoria en Europa fue el 8 de mayo de 1945, fecha en la que los Aliados de la Segunda Guerra Mundial aceptaron la rendición incondicional de la Alemania Nazi. Tras el suicidio de Adolf Hitler durante la batalla de Berlín, la rendición alemana fue autorizada por su sucesor, Karl Dönitz. El Acta de rendición militar se firmó en el Cuartel General de Dwight D. Eisenhower, Comandante Supremo Aliado en Europa, el 7 de mayo en Reims, Francia y el 8 de mayo en Berlín, Alemania.

El 8 de mayo como fiesta

Reino Unido: en 1995, el Bank holiday, celebrado el 1 de mayo, cambió de fecha, para pasar a celebrarse el 8 de mayo, en conmemoración por el 50º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial.

Francia: conocido como el 8 mai, es fiesta desde el 20 de marzo de 1953.

Eslovaquia: conocido como Deň víťazstva nad fašizmom (Día de la Victoria sobre el fascismo).

República Checa: Den vítězství o Den osvobození (Día de la Liberación).
Naciones Unidas: En 2005 la Asamblea General de la ONU incluye el 8 de mayo, junto al día 9, como Días del Recuerdo y la Reconciliación, Conmemoración de la Segunda Guerra Mundial.

En virtud de la resolución 59/26, la Asamblea General declaró que los días 8 y 9 de mayo son una ocasión propicia para el recuerdo y la reconciliación y, sin perjuicio de que los Estados Miembros dediquen otras fechas a la victoria, la liberación o la conmemoración, invitó a todos los Estados Miembros, organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y particulares a que observaran anualmente uno de esos días, o ambos, en forma apropiada para rendir homenaje a todas las víctimas de la Segunda Guerra Mundial.
La Asamblea hizo hincapié en que este acontecimiento histórico estableció las condiciones que permitieron crear las Naciones Unidas para preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra, y exhortó a los Estados Miembros de las Naciones Unidas a que aúnen sus esfuerzos para hacer frente a los nuevos desafíos y amenazas, asignando un papel fundamental a las Naciones Unidas, y a que hagan todo lo posible para resolver las controversias por medios pacíficos, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y sin poner en peligro la paz y la seguridad internacionales.

El 2 de marzo de 2010, en virtud de la resolución 64/257, y recordando que en 2010 se celebra el sexagésimo quinto aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea General invita a todos los Estados Miembros, organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y particulares a que observen estas fechas en forma apropiada para rendir homenaje a todas las víctimas de la Segunda Guerra Mundial. La Asamblea General celebró una sesión extraordinaria y solemne, en la segunda semana de mayo de 2010, en memoria de todas las víctimas de la guerra.
Entre las víctimas mortales se cuentan militares y combatientes pero principalmente la población civil, víctima de los enfrentamientos armados, esencialmente durante los bombardeos sobre ciudades.
Además de los horrores propios de todo conflicto armado, la Segunda Guerra Mundial introdujo terribles formas de tortura y sufrimiento. Deportaciones masivas a campos de trabajo que luego se convertirían en campos de exterminio contra judíos, homosexuales, discapacitados, gitanos, Testigos de Jehová, entre otros. Millones de personas perecieron producto de las extremas violaciones de los derechos humanos siendo el Holocausto el máximo exponente.
Y qué decir de las vejaciones sexuales a las que fueron sometidas miles de mujeres por parte de tropas combatientes, además de los execrables experimentos científicos en los que se usaron como conejillos de indias a los prisioneros sin importar su edad. Los destierros, la desprotección de refugiados y desplazados, sometidos a hambrunas y las inclemencias del clima, también se cobraron valiosas vidas.

Se masacró masivamente a poblaciones y prisioneros enemigos. El fin de la guerra no puso fin a las atrocidades de la misma. Como consecuencia de los cambios territoriales, millones de personas se vieron desplazadas y desarraigadas de sus lugares de origen.