INTRODUCCIÓN a MESOAMÉRICA
Cuando el historiador mexicano Paul Kirchhoff primero introdujo el término "Mesoamérica," él lo definió como una zona cultural donde los habitantes indígenas hablaban como sesenta lenguas diferentes, pero estaban unidos por una historia en común y compartieron rasgos específicos culturales que hicieron su civilización única en el mundo. Entre las más significtivas fué el desarrollo de ambas escrituras, la pictografía y de jeroglíficos así como la producción de libros hechos de piel de animal o papel de amate. Un calendario de profecías de 20 × 13 días (tonalpohualli), calculado junto con un calendario solar de 365 días, es ampliamente considerado el más exacto entre muchas otras civilizaciones antiguas a lo largo del mundo. La arquitectura mesoamericana fué también única y distinguida por la preferencia de pirámides escaladas, pisos de estuco, y cortes de pelota. Finalmente, y quizás lo más importante para el desarrollo en las Américas, fué el cultivo de comidas especializadas incluyendo maíz, fríjoles, y calabaza junto con el cacao (chocolate) y la fermentación de bebidas hechas del maguey. Muchas de estas comidas llegaron a ser la base de una dieta mundial que hoy continua creciendo.
GEOGRAFÍA

ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN
Estudiosos que hoy trabajan a lo largo de la región debaten los factores principales que contribuyeron a los orígenes de las civilizaciones de Mesoamérica, la mayoría cree que las desigualdades entre gobernantes y gobierno, una condición de todas las civilizaciones tempranas se desarrolló con la consolidación del poder social por jefes quienes coordinaron la labor de agricultura y dirigieron el almacenamiento y redistribución de los excedentes de las cosechas que les aseguró la supervivencia en grupo contra la sequía y otras calamidades naturales.
Entre los años 15,000 y 5,000 a.C., las poblaciones humanas subsistieron mayormente como cazadores migratorios y buscadores hasta la domesticación de plantas, sobre todo el maíz, fríjoles, y la calabaza les proporcionó excedentes lo que les permitió la supervivencia en los asentamientos por todo el año.
Los antropólogos tienden a imaginar a las primeras tribus como sociedades igualitarias que restringieron la acumulación de riquezas personales circulando continuamente comida y materiales a través de redes de intercambio recíproco. El compartimiento de la comida y los regalos pudo haber promovido la confianza y juntar a miembros tribales, la habilidad para generar excedentes con el cultivo de las plantas pudo haber creado diferencias de posición social. Individuos ambiciosos pudieron haber empezado a capitalizar las necesidades básicas de supervivencia, los líderes más exitosos a largo plazo no eran necesariamente los más fuertes, pero eran los más generosos.
Una vez que se domesticaba la comida como de primera necesidad, pudo haber estado disponible a cualquier población interesada en cambiar de búsqueda a la agricultura y la vida sedentaria. La agricultura puede apoyar largas poblaciones pero exige formas intensas de cultivo. La gente de Mesoamérica enfrentó el desafío desarrollando una amplia variedad de técnicas agrícolas, desde terrazas de montañas a excavación de canales o incluso a la creación de tierras húmedas artificiales. Los mesoamericanos domesticaban perros y pavos, pero los animales salvajes como los venados fueron atraidos naturalmente a los jardines donde podían ser capturados y atados fácilmente. El cultivo de árboles frutales atrajo una amplia variadad de pájaros cuyo plumaje vívido se codició por desplegar riqueza y prestigio.


La gente de Mesoamérica estaba tan impresionada con sus logros como ingenieros agrícolas que incluso conmemoraban sus comidas, como calabaza por ejemplo, en obras maestras artísticas de piedras preciosas verdes. Haga clic en la imagen para más detalles.
Como “los hombres grandes” eran llamados para patrocinar fiestas tribales, ellos engrandecieron sus propios alojamientos y expandieron los patios abiertos que rodeaban sus moradas para acomodar más de sus clientes. El prestigio llegó eventualmente a ser marcado por el tamaño de sus casas, y los jefes usaban sus casas para desplegar su elevada posición social literalmente levantando sus hogares sobre plataformas artificiales y restringiendo el espacio circundante para actividades rituales especializadas. De estos principios humildes vinieron los palacios magnificentes, templos, y plazas que continúan sobrecogiendonos hoy. Haga clic en la imagen para más detalles.
Bibliografía.FUNDACUION PARA EL AVANCE DE LOS ESTUDIOS MESOAMERICANOS