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INTRODUCCIÓN
Afganistán (nombre oficial, Dowlat-e Eslami-ye-Afghanestan o Di Afganistan Islami Dawlat, República Islámica de Afganistán), país del suroeste de Asia que limita al norte con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán; al este con China, el estado indio de Jammu y Cachemira y Pakistán; al sur con Pakistán y al oeste con Irán.
Afganistán muestra una figura casi elíptica, con una longitud máxima, de noreste a suroeste, de 1.450 km y una anchura de 725 km. Tiene 652.225 km² de superficie.
HISTORIA
La primeras referencias históricas de Afganistán datan del siglo VI a.C., cuando formó parte del Imperio persa de los aqueménidas. Junto con el resto de éste, la región fue dominada alrededor del 330 a.C., por Alejandro Magno. Tras su muerte en el 323 a.C., la mayor parte de la región cayó bajo el dominio del general de Alejandro Seleuco I Nicátor y más tarde bajo el del rey indio Chandragupta. A continuación se estableció otra dinastía griega en Bactriana (norte de Afganistán) y fundó un Estado que permaneció desde el 256 a.C. hasta el 130 a.C. El estado greco-bactriano se rindió a un grupo de nómadas iraníes denominados sakas y después a los kushans, que adoptaron el budismo. En los siglos III y IV d.C., los sasánidas persas invadieron el país desde el oeste. Los eftalitas, o hunos blancos, tenían en gran parte el control de Afganistán cuando los victoriosos árabes arrasaron la región a mediados del siglo VII.
1. Primeras dinastías musulmanas
La invasión árabe afectó a Afganistán probablemente de forma más decisiva que cualquier otra influencia extranjera. En los siglos posteriores, por ello, el islam se convirtió en la religión dominante y el control político árabe fue sustituido por el dominio iraní y turco. El completo predominio turco en el área se estableció al final del siglo X y principios del siglo XI gracias al sultán musulmán Mahmud de Ghazni. En consecuencia la cultura islámica logró cotas brillantes bajo la dinastía ghuri afgana o iraní (1148-1215). Los ghúridas extendieron gradualmente su dominio hacia el norte de la India, pero fueron arrollados por las hordas procedentes del Norte del conquistador mongol Gengis Kan, hacia 1220. La mayor parte del país quedó bajo control mongol hasta cerca del siglo XIV, en que otro invasor mongol, Tamerlán, se apoderó del norte de Afganistán. Entre los más notables sucesores de Tamerlán estuvo Babur, fundador de la dinastía mongol de la India, que conquistó Kabul alrededor del 1504. Más tarde, en el siglo XVI, los safawíes de Irán y los uzbekos del norte realizaron incursiones en la región. Los iranios y los mongoles sucesores de Babur sofocaron continuas revueltas de afganos.
2. Creación del Estado afgano
Durante el siglo XVII los afganos autóctonos empezaron a incrementar su poder. La tribu ghilzai conquistó la capital irania de Ispahan en 1722. Más tarde, Nadir Sha, que en 1738 restableció la autoridad iraní sobre casi todo Afganistán, emprendió una violenta contraofensiva iraní. Nadir fue asesinado en 1747, y entonces los jefes afganos eligieron a uno de sus generales, un miembro de la tribu abdalí llamado Ahmad Sha, como gobernante. A Ahmad Sha se le conoció como Durri-i-Dauran (Perla de la Época). Los abdalíes fueron conocidos en adelante como los duranios. Ahmad Sha agrandó sustancialmente su reino, adquiriendo el este de Irán, Beluchistán, Cachemira y parte del Punjab. El emirato se desintegró, sin embargo, bajo los sucesivos gobernantes de su dinastía, cayendo en 1818. Luego sobrevino un periodo anárquico en todo el país. En 1826 Dost Muhammad Kan, miembro de una notable familia afgana, tomó el control del este de Afganistán, asumiendo en 1835 el título de emir.
3. Conflictos con Gran Bretaña
Entretanto, Dost Muhammad había llamado a las autoridades coloniales británicas en la India para proteger el territorio afgano reclamado en el Punjab. Cuando los británicos rechazaron su llamada, pidió ayuda a Rusia.
1. Primera Guerra afgana
Ante el temor a que la esfera rusa de influencia se extendiera a las fronteras indias, el gobernador general británico en la India, George Eden, conde de Auckland, se presentó a Dost Muhammad con un ultimátum que solicitaba la expulsión de un delegado ruso en Kabul. Rechazados los requerimientos británicos, en marzo de 1838 el ejército angloindio invadió Afganistán, desencadenando la Primera Guerra Afgana (1838-1842). Al encontrar una oposición poco efectiva, los invasores capturaron Kandahār en abril de 1839 y Ghazni en julio. Cuando Kabul cayó en agosto, Shah Shuja, un nieto de Ahmad Sha, se instaló en el trono afgano en lugar de Dost Muhammad, que él mismo entregó a los británicos.
El 2 de noviembre de 1841, Akbar Kan, un hijo de Dost Muhammad, encabezó con éxito un levantamiento contra Shah Shuja y las guarniciones afgano-indias del país. Una expedición de castigo angloindia reforzó las guarniciones durante un breve periodo, pero en diciembre de 1842 los británicos hubieron de abandonar finalmente el país. Dost Muhammad fue entonces liberado de su encarcelamiento y recobró su trono.
Las relaciones entre Afganistán y los británicos continuaron tensas hasta 1855, momento en que Dost Muhammad determinó un acuerdo de paz con el gobernador de la India.
2. Segunda Guerra afgana
La lucha fratricida entre los hijos del emir llevó al país a agitaciones durante más de una década tras su muerte en 1863. Shere Alí Kan, su tercer hijo y sucesor, despertó la enemistad de los británicos al adoptar una política amigable hacia Rusia en 1878. Al rechazar un segundo ultimátum, en noviembre de 1878 las fuerzas angloindias de nuevo invadieron Afganistán. En el curso del conflicto resultante, conocido como la Segunda Guerra afgana (1878-1879), los afganos sufrieron varios cambios. Kabul fue ocupada en octubre de 1879; Yakub Kan, hijo de Shere Alí, que había ocupado el trono en marzo del año anterior, fue forzado a abdicar y, en 1880, Abd al-Rahman Kan, nieto de Dost Muhammad, se instaló en el trono.
3. Posteriores relaciones anglo-afganas
El nuevo soberano confirmó la cesión, previamente acordada con los británicos por Yakub Kan, del paso Jyber y otros territorios afganos. Durante su reinado, que duró hasta 1901, Abd al-Rahman Kan arregló las disputas fronterizas con la India y Rusia, creó un ejército permanente y frenó el poder de diversos jefes tribales.
En 1907 durante el reinado de Habibullah Kan, hijo y sucesor de Abd al-Rahman, los gobiernos británico y ruso prometieron respetar la integridad territorial de Afganistán. Habibullah fue asesinado en febrero de 1919. Su hermano, Nasrullah Kan, que le sucedió en el trono durante sólo seis días, fue depuesto por la nobleza afgana en favor de Amanullah Kan, el hijo de Habibullah. Determinado a quitar completamente su país de la esfera de influencia británica, Amanullah declaró la guerra a Gran Bretaña en mayo de 1919. Los británicos, enfrentados a la vez con el creciente Movimiento Indio de Liberación, negociaron un tratado de paz con Afganistán en agosto. Por los términos del mismo (firmado en Rāwalpindi) Gran Bretaña reconoció a Afganistán como Estado soberano e independiente. En 1926 Amanullah Kan cambió su título de emir por el de rey.
4. Modernización
La popularidad y el prestigio que el rey Amanullah había ganado gracias al trato recibido de los británicos se disiparon pronto. Muy impresionado por los programas de modernización de Irán y Turquía, instituyó una serie de reformas políticas, sociales y religiosas: se instauró un régimen constitucional en 1923, los títulos de la nobleza fueron abolidos, se decretó la educación para las mujeres y otras medidas radicales apuntaban a que la modernización de las instituciones tradicionales se pusiera en vigor. La hostilidad provocada por el programa de reformas del monarca llevó a la rebelión de 1929 y Amanullah abdicó rápidamente y se exilió. Su hermano Inayatullah, que le sucedió, fue destronado por Bacha Sakau, un dirigente rebelde, después de un reinado de tres días. En 1929 el tío de Amanullah, Nadir Shah, apoyado por varios miles de miembros de las tribus, derrotó a los rebeldes y ejecutó a Bacha Sakau y se hizo con el poder.
El nuevo soberano restauró gradualmente el orden en el reino. En 1932 inició un programa de reformas económicas, pero fue asesinado al año siguiente. Su hijo y sucesor, Muhammad Zahir Shah, que sólo tenía 19 años cuando accedió, estuvo dominado durante los 30 años siguientes por sus tíos y primos, particularmente por el príncipe Muhammad Daud Kan. El Gobierno intensificó el programa de modernización iniciado por Nadir Shah y estableció relaciones comerciales con Alemania, Italia y Japón. Zahir Shah proclamó la neutralidad al principio de la II Guerra Mundial en 1939; sin embargo, en 1941, a petición de Gran Bretaña y la Unión Soviética, expulsó del país a más de 200 agentes alemanes e italianos. Los Estados Unidos establecieron relaciones diplomáticas con Afganistán en 1942. En noviembre de 1946 Afganistán ingresó en las Naciones Unidas.
Afganistán (nombre oficial, Dowlat-e Eslami-ye-Afghanestan o Di Afganistan Islami Dawlat, República Islámica de Afganistán), país del suroeste de Asia que limita al norte con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán; al este con China, el estado indio de Jammu y Cachemira y Pakistán; al sur con Pakistán y al oeste con Irán.
Afganistán muestra una figura casi elíptica, con una longitud máxima, de noreste a suroeste, de 1.450 km y una anchura de 725 km. Tiene 652.225 km² de superficie.
HISTORIA
La primeras referencias históricas de Afganistán datan del siglo VI a.C., cuando formó parte del Imperio persa de los aqueménidas. Junto con el resto de éste, la región fue dominada alrededor del 330 a.C., por Alejandro Magno. Tras su muerte en el 323 a.C., la mayor parte de la región cayó bajo el dominio del general de Alejandro Seleuco I Nicátor y más tarde bajo el del rey indio Chandragupta. A continuación se estableció otra dinastía griega en Bactriana (norte de Afganistán) y fundó un Estado que permaneció desde el 256 a.C. hasta el 130 a.C. El estado greco-bactriano se rindió a un grupo de nómadas iraníes denominados sakas y después a los kushans, que adoptaron el budismo. En los siglos III y IV d.C., los sasánidas persas invadieron el país desde el oeste. Los eftalitas, o hunos blancos, tenían en gran parte el control de Afganistán cuando los victoriosos árabes arrasaron la región a mediados del siglo VII.
1. Primeras dinastías musulmanas
La invasión árabe afectó a Afganistán probablemente de forma más decisiva que cualquier otra influencia extranjera. En los siglos posteriores, por ello, el islam se convirtió en la religión dominante y el control político árabe fue sustituido por el dominio iraní y turco. El completo predominio turco en el área se estableció al final del siglo X y principios del siglo XI gracias al sultán musulmán Mahmud de Ghazni. En consecuencia la cultura islámica logró cotas brillantes bajo la dinastía ghuri afgana o iraní (1148-1215). Los ghúridas extendieron gradualmente su dominio hacia el norte de la India, pero fueron arrollados por las hordas procedentes del Norte del conquistador mongol Gengis Kan, hacia 1220. La mayor parte del país quedó bajo control mongol hasta cerca del siglo XIV, en que otro invasor mongol, Tamerlán, se apoderó del norte de Afganistán. Entre los más notables sucesores de Tamerlán estuvo Babur, fundador de la dinastía mongol de la India, que conquistó Kabul alrededor del 1504. Más tarde, en el siglo XVI, los safawíes de Irán y los uzbekos del norte realizaron incursiones en la región. Los iranios y los mongoles sucesores de Babur sofocaron continuas revueltas de afganos.
2. Creación del Estado afgano
Durante el siglo XVII los afganos autóctonos empezaron a incrementar su poder. La tribu ghilzai conquistó la capital irania de Ispahan en 1722. Más tarde, Nadir Sha, que en 1738 restableció la autoridad iraní sobre casi todo Afganistán, emprendió una violenta contraofensiva iraní. Nadir fue asesinado en 1747, y entonces los jefes afganos eligieron a uno de sus generales, un miembro de la tribu abdalí llamado Ahmad Sha, como gobernante. A Ahmad Sha se le conoció como Durri-i-Dauran (Perla de la Época). Los abdalíes fueron conocidos en adelante como los duranios. Ahmad Sha agrandó sustancialmente su reino, adquiriendo el este de Irán, Beluchistán, Cachemira y parte del Punjab. El emirato se desintegró, sin embargo, bajo los sucesivos gobernantes de su dinastía, cayendo en 1818. Luego sobrevino un periodo anárquico en todo el país. En 1826 Dost Muhammad Kan, miembro de una notable familia afgana, tomó el control del este de Afganistán, asumiendo en 1835 el título de emir.
3. Conflictos con Gran Bretaña
Entretanto, Dost Muhammad había llamado a las autoridades coloniales británicas en la India para proteger el territorio afgano reclamado en el Punjab. Cuando los británicos rechazaron su llamada, pidió ayuda a Rusia.
1. Primera Guerra afgana
Ante el temor a que la esfera rusa de influencia se extendiera a las fronteras indias, el gobernador general británico en la India, George Eden, conde de Auckland, se presentó a Dost Muhammad con un ultimátum que solicitaba la expulsión de un delegado ruso en Kabul. Rechazados los requerimientos británicos, en marzo de 1838 el ejército angloindio invadió Afganistán, desencadenando la Primera Guerra Afgana (1838-1842). Al encontrar una oposición poco efectiva, los invasores capturaron Kandahār en abril de 1839 y Ghazni en julio. Cuando Kabul cayó en agosto, Shah Shuja, un nieto de Ahmad Sha, se instaló en el trono afgano en lugar de Dost Muhammad, que él mismo entregó a los británicos.
El 2 de noviembre de 1841, Akbar Kan, un hijo de Dost Muhammad, encabezó con éxito un levantamiento contra Shah Shuja y las guarniciones afgano-indias del país. Una expedición de castigo angloindia reforzó las guarniciones durante un breve periodo, pero en diciembre de 1842 los británicos hubieron de abandonar finalmente el país. Dost Muhammad fue entonces liberado de su encarcelamiento y recobró su trono.
Las relaciones entre Afganistán y los británicos continuaron tensas hasta 1855, momento en que Dost Muhammad determinó un acuerdo de paz con el gobernador de la India.
2. Segunda Guerra afgana
La lucha fratricida entre los hijos del emir llevó al país a agitaciones durante más de una década tras su muerte en 1863. Shere Alí Kan, su tercer hijo y sucesor, despertó la enemistad de los británicos al adoptar una política amigable hacia Rusia en 1878. Al rechazar un segundo ultimátum, en noviembre de 1878 las fuerzas angloindias de nuevo invadieron Afganistán. En el curso del conflicto resultante, conocido como la Segunda Guerra afgana (1878-1879), los afganos sufrieron varios cambios. Kabul fue ocupada en octubre de 1879; Yakub Kan, hijo de Shere Alí, que había ocupado el trono en marzo del año anterior, fue forzado a abdicar y, en 1880, Abd al-Rahman Kan, nieto de Dost Muhammad, se instaló en el trono.
3. Posteriores relaciones anglo-afganas
El nuevo soberano confirmó la cesión, previamente acordada con los británicos por Yakub Kan, del paso Jyber y otros territorios afganos. Durante su reinado, que duró hasta 1901, Abd al-Rahman Kan arregló las disputas fronterizas con la India y Rusia, creó un ejército permanente y frenó el poder de diversos jefes tribales.
En 1907 durante el reinado de Habibullah Kan, hijo y sucesor de Abd al-Rahman, los gobiernos británico y ruso prometieron respetar la integridad territorial de Afganistán. Habibullah fue asesinado en febrero de 1919. Su hermano, Nasrullah Kan, que le sucedió en el trono durante sólo seis días, fue depuesto por la nobleza afgana en favor de Amanullah Kan, el hijo de Habibullah. Determinado a quitar completamente su país de la esfera de influencia británica, Amanullah declaró la guerra a Gran Bretaña en mayo de 1919. Los británicos, enfrentados a la vez con el creciente Movimiento Indio de Liberación, negociaron un tratado de paz con Afganistán en agosto. Por los términos del mismo (firmado en Rāwalpindi) Gran Bretaña reconoció a Afganistán como Estado soberano e independiente. En 1926 Amanullah Kan cambió su título de emir por el de rey.
4. Modernización
La popularidad y el prestigio que el rey Amanullah había ganado gracias al trato recibido de los británicos se disiparon pronto. Muy impresionado por los programas de modernización de Irán y Turquía, instituyó una serie de reformas políticas, sociales y religiosas: se instauró un régimen constitucional en 1923, los títulos de la nobleza fueron abolidos, se decretó la educación para las mujeres y otras medidas radicales apuntaban a que la modernización de las instituciones tradicionales se pusiera en vigor. La hostilidad provocada por el programa de reformas del monarca llevó a la rebelión de 1929 y Amanullah abdicó rápidamente y se exilió. Su hermano Inayatullah, que le sucedió, fue destronado por Bacha Sakau, un dirigente rebelde, después de un reinado de tres días. En 1929 el tío de Amanullah, Nadir Shah, apoyado por varios miles de miembros de las tribus, derrotó a los rebeldes y ejecutó a Bacha Sakau y se hizo con el poder.
El nuevo soberano restauró gradualmente el orden en el reino. En 1932 inició un programa de reformas económicas, pero fue asesinado al año siguiente. Su hijo y sucesor, Muhammad Zahir Shah, que sólo tenía 19 años cuando accedió, estuvo dominado durante los 30 años siguientes por sus tíos y primos, particularmente por el príncipe Muhammad Daud Kan. El Gobierno intensificó el programa de modernización iniciado por Nadir Shah y estableció relaciones comerciales con Alemania, Italia y Japón. Zahir Shah proclamó la neutralidad al principio de la II Guerra Mundial en 1939; sin embargo, en 1941, a petición de Gran Bretaña y la Unión Soviética, expulsó del país a más de 200 agentes alemanes e italianos. Los Estados Unidos establecieron relaciones diplomáticas con Afganistán en 1942. En noviembre de 1946 Afganistán ingresó en las Naciones Unidas.
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