Memorial Cd. de México



Memorial Cd. de México
por  Selene Peralta Oficina de Difusión Cultural ODC MINNUM 2013






Tlatelolco: Lugar de sincretismos culturales.

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¿Te imaginas un lugar en donde pueda ser visible la transformación de la Ciudad de México en varias etapas de su historia? ¿Te gustaría conocer un lugar en donde el pasado prehispánico, la herencia española y la modernidad puedan ser vistos, palpados y admirados?

Si quieres conocer un lugar así, definitivamente debes visitar Tlatelolco; uno de los sitios más emblemáticos de la Ciudad de México. Tlatelolco es un sitio que encierra un significado más allá de lo estético y del conjunto urbano, es un símbolo de la lucha de los pueblos pues la resistencia de los tlatelolcas ante la incursión española y en el siglo XX con el movimiento estudiantil de 1968, hicieron de la plaza de Tlatelolco uno de los símbolos más importantes y con significado histórico equiparable al del Centro de la Ciudad de México.  Sin más preámbulos pasemos a admirar la belleza de este lugar.



Tlatelolco prehispánico: Los mercados también hablan

Tlatelolco significa “Monticulo de arena”. La fundación del pueblo de Tlatelolco resulta difícil de determinar para arqueólogos e historiadores. Según las crónicas de algunos frailes que escribieron sus impresiones de la Ciudad de México en el momento de la conquista por los españoles, el pueblo tlatelolca estaba sometido por el pueblo mexica, Tlatelolco otorgaba tributo a la ciudad de México-Tenochtitlan y además era uno de los sitios de comercio más importantes en el México Antiguo. 

Aun teniendo esta información es difícil determinar cómo y de qué manera tras la peregrinación de los aztecas desde “el lugar de las Siete garzas o Aztlán”, pudo ser posible que hubiera una división entre éstos fundando unos la Ciudad de Tenochtitlan y un segundo grupo conformando Tlatelolco. 

Para poder determinar los orígenes de  Tlatelolco muchos han referido el mito de la fundación en el que tanto mexicas-tenochcas y mexicas-tlatelolcas tuvieron enfrentamientos luego de que su Dios Huitzilopochtli otorgara a ambos pueblos unos envoltorios en los cuales había dos palos de madera que servirían para formar el fuego Nuevo y que serían herencia para los aztecas que al fundar su Ciudad cambiarían su nombre por Mexicas, y por otro lado una piedra verde que se quedaron los Tlatelolcas para fundar su ciudad. 

Algunas fuentes documentales refieren que Tlatelolco se edificó primero que  Tenochtitlan; otras fuentes señalan que fue posterior y algunas más destacan que se fundaron casi al mismo tiempo.



De cualquier manera, la importancia del Tlatelolco prehispánico radica en que este lugar fungió como un centro articulador de la actividad comercial.  Tlatelolco fue el mercado más importante donde los diferentes pueblos intercambiaban productos.
       
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 El mercado de Tlatelolco

En el Tlatelolco prehispánico, el intercambio comercial se realizaba a través del sistema de trueque; es decir, que la moneda que se utilizaba en un principio era la mercancía misma.

El mercado de Tlatelolco se constituía por varias secciones entre las que podemos destacar: la de animales donde se intercambiaban perros mexicanos como los xoloizcuintles, también se intercambiaban conejos, mapaches, armadillos, aves y serpientes.   


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Xoloizcuitle. Fotografía: Joseline Selene Peralta
Otra de las secciones del mercado era donde se vendían alimentos preparados, los antiguos pobladores consumían frijol, tortillas de maíz, chiles, tlacoyos rellenos de haba y frijol, atole y tamales. 
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Los tamales, una gran tradición mexicana

Por otro lado “Los jitomates, la chía, el maíz en grano o en mazorca, los frijoles, las calabazas y, naturalmente, los chiles, se ofrecían a la clientela en puestos especializados en vegetales y legumbres, lo mismo que la fruta, traída principalmente de las tierras calientes, donde el clima era propicio para su crecimiento y maduración.”[1]

Por si esto fuera poco, el mercado tenía secciones especializadas en el abasto de hierbas medicinales; contaba con los famosos tamemes o cargadores de mercancía que eran de vital importancia para que se pudieran realizar las compras más eficazmente; la cerámica y los textiles eran intercambiados también pues eran muy importantes para los antiguos mexicanos.   El mercado contaba con un cuerpo de gobernantes que vigilaban el óptimo desarrollo del trueque de productos, es decir que el mercado tenía un entramado muy complejo de administración y organización. 

 En un mundo prehispánico en el cual se carecían de medios de comunicación como ahora los conocemos, el mercado de Tlatelolco resultó fundamental para hacer que las distintas sociedades interactuaran entre sí, era un espacio articulador no solamente de la actividad comercial, sino en general de la población a través de la convivencia. ¿Te puedes imaginar la dificultad e incluso la complejidad de este sistema comercial y social?

Tlatelolco hispánico: Las iglesias también te cuentan historias

Si visitas Tlatelolco puedes encontrar la zona arqueológica que aún conserva algunos elementos, esto principalmente porque en el momento de la conquista española sobre las ruinas de la ciudad se edificó un nuevo orden social.
                                
 
Fotografía: Joseline Selene Peralta

Los españoles construyeron hacia 1527 sobre las ruinas de Tlatelolco una iglesia a partir de los cimientos del Templo Mayor de este sitio. La iglesia quedó bajo la jurisdicción de los franciscanos y el templo quedó edificado para albergar al santo patrono de los españoles, el apóstol Santiago. Los franciscanos debían poner especial atención en evangelizar e instruir a la población indígena que quedaba bajo su resguardo; esto principalmente porque Tlatelolco se convirtió en una República de indios[2] después de la conquista española, lo cual hizo necesario fundar  el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco en 1536.

En 1603, Fray Juan de Torquemada uno de los misioneros franciscanos más importantes, decidió concluir la obra, estrenándola en 1610. La iglesia funcionó hasta la llegada de las guerras de Reforma, cuando fue saqueada y abandonada debido a la secularización de bienes eclesiásticos.

                                                                  
A finales del siglo XIX, cuando Porfirio Díaz impulsó el desarrollo de los ferrocarriles, el entorno de la iglesia fue modificado, pues en el terreno Norte se instalaron patios, vías, bodegas y áreas para la descarga de los trenes. En la parte Noreste de Tlatelolco se construyó la Aduana del pulque, edificio que actualmente controla la Secretaría de Relaciones Exteriores.

http://www.tlatelolco.inah.gob.mx/images/stories/iglesia/fachada_principal.jpgLa iglesia de Santiago Tlatelolco se utilizó como bodega y el convento fue convertido en cárcel militar, con un edificio anexo que funcionó como cuartel, subsistiendo así hasta 1944 cuando el equipo dirigido por Pablo Martínez del Río recomendó que la iglesia fuera abierta nuevamente al culto católico, con los franciscanos a cargo.

Seas cristiano o no, la belleza de la iglesia de Santiago despertará tu curiosidad por conocer uno de los momentos fundamentales en nuestra historia mexicana, la conquista. Es preciso mencionar que la iglesia es uno de los inmuebles más bonitos de Tlatelolco y definitivamente debes apreciar su diseño, valorar su construcción y sobre todo comprender que el desarrollo de la conquista fue un proceso paulatino, no podemos decir que uniforme y tajante desde 1521; el establecimiento de la iglesia de Santiago resulta un parte aguas en la historia de Tlatelolco y de nuestra ciudad de México. 

 Tlatelolco gigante de la modernidad

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En 1958 Tlatelolco se transformó considerablemente, el espacio ocupado por los vestigios prehispánicos y el que albergaba el conjunto de la tradición hispánica se modificó luego de que el presidente de la república Adolfo López Mateos iniciara un proceso de recuperación del espacio a través de la construcción de una magna unidad habitacional. Dicha obra se conformó por 102 edificios, mismos que contarían con servicios sociales y deportivos, escuelas, hospitales, comercios, etcétera.

  











Fotografía: Joseline Selene Peralta
Es importante destacar la construcción de la Secretaría de Relaciones Exteriores a cargo del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez quien también hizo importantes obras como el Museo Nacional de Antropología y que el pasado 16 de abril del presente año falleció, dejando una herencia fundamental en la arquitectura mexicana. La construcción de la Secretaría de Relaciones Exteriores implicó además de todo posicionar a la ciudad tlatelolca como un punto de la Ciudad de México en el que era posible el diálogo y la negociación de forma pacífica.

En 2005, tras la construcción de la nueva sede de la Secretaria de Relaciones Exteriores, el antiguo edificio ubicado en Tlatelolco estuvo a disposición política  del Gobierno del DF dando lugar a un acuerdo para que la Universidad Nacional Autónoma de México creara el Centro Cultural Universitario Tlatelolco mismo que se encuentra abierto al público desde 2007.[3]




Si visitas Tlatelolco puedes apreciar la belleza de la estructura luminosa que acompaña hoy en día al Centro Cultural Universitario. Se conoce como “Xipe tótec”[4], dicha estructura fue diseñada por Thomas Glassford y cuando se ilumina por las noches es realmente maravilloso admirar las luces azules y rojas que lo caracterizan. Todas las noches Tlatelolco se ilumina  y se convierte en un espacio digno de admirarse. 





 

Fotografía: Mariana Aguilar Zamudio

En tu visita a Tlatelolco puedes apreciar diferentes exposiciones en el Centro Cultural Universitario; entre las más importantes se encuentran el Memorial del 68 donde encontrarás una reflexión sobre el Movimiento estudiantil que previo al desarrollo de las Olimpiadas en México en 1968, muchos jóvenes realizaron. Este proceso en la historia de México es uno de los más trágicos, conmovedores e incluso reflexivos; esto se debe principalmente a que el movimiento de estudiantes que alzaron su voz en contra de los modelos políticos de la época fueron reprimidos por el Presidente de la República en turno, Gustavo Díaz Ordaz. 

Este proceso de nuestra historia debes analizarlo con mucho detenimiento, el Memorial del 68 te ayudará incluso a reflexionar en torno a la función que como jóvenes debemos realizar en el mundo y es precisamente la de hacer escuchar nuestra voz y de ser parte de soluciones que orienten a nuestra sociedad a impulsar los cambios que requiere. 

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El movimiento estudiantil  de 1968 no fue exclusivo de México; sin embargo, debemos reconocer que es uno de los acontecimientos más importantes ocurridos en Tlatelolco que definitivamente marcó un hito en la historia no solo del lugar sino de toda la Ciudad de México y de sus habitantes. Te recomendamos que visites el Memorial del 68 y sobre todo que reflexiones cómo resultó paradójico que México ofrecía al mundo un rostro de fortaleza y de capacidad para poder realizar las Olimpiadas; pero que reprimía la libertad de expresión de sus habitantes y peor aún de sus estudiantes.  

El movimiento estudiantil de 1968 resultó trágico cuando el 2 de octubre, los jóvenes inconformes pero pacíficos, congregados en la plaza de Tlatelolco fueron envestidos por el ejército y por el Batallón Olimpia que enviados por el gobierno en turno tenían órdenes de detener este movimiento que pretendía mantener el diálogo con las autoridades correspondientes sin hacer ningún destrozo público. Muchos estudiantes resultaron heridos, asesinados y muchos más desaparecieron. Realmente resulta ser una paradoja que en un país donde se vislumbraba un horizonte propicio para el desarrollo de actividades recreativas y de sana competencia como las Olimpiadas; y más aun donde era posible apreciar el impulso a la modernidad a través de la construcción de grandes obras arquitectónicas, el gobierno reprimiera demandas estudiantiles en pro de mejorar la sociedad mexicana y de impulsar una política diferente.

 


Repensando Tlatelolco

Hemos pasado revista a uno de los sitios que albergan una gran cantidad de historias. Podemos apreciar en Tlatelolco el sincretismo cultural y arquitectónico en función de los momentos históricos que han sido una pieza fundamental para identificarlo con un pasado prehispánico dedicado al intercambio comercial, una etapa de reconstrucción a través del establecimiento de un nuevo orden social con la conquista española y finalmente una etapa de recuperación del espacio a través de la construcción de edificios modernos con el fin de posicionar a Tlatelolco como un icono de la Ciudad de México ante el mundo y marcado por un episodio desastroso el 2 de octubre de 1968.  

Podemos decir que Tlatelolco demuestra a través del espacio arquitectónico muchas caras de la Ciudad, pero sobre todo nos muestra cómo es en realidad la sociedad mexicana: una mezcla entre el pasado prehispánico, la herencia hispánica e impulsada por el camino de la modernidad. 

Visita, conoce y disfruta el espacio tlatelolca y recorre la historia desde otra perspectiva.



Fuentes:
·         Fray Toribio Motolinia, Historia de los indios de la Nueva España, México, Porrúa, 2007.  
·         Sitio oficial Zona arqueológica de Tlatelolco: http://www.tlatelolco.inah.gob.mx/inicio.html
·         Centro Cultural Universitario Tlatelolco: http://www.tlatelolco.unam.mx/visitanos1.html


[2] Hay que destacar que en el momento de la conquista española la nueva administración se encargó de diferenciar desde el principio a españoles de indios. Con ello se fundaron la República de españoles que habitó los centros urbanos más importantes y la República de indios que congregados en las afueras de esos núcleos urbanos tenían su propia administración.
[4] Nuestro señor del Desarrollo  o también conocido como “El Bebedor Nocturno”