Memorial Cd. de México



Memorial Cd. de México
por La Oficina de Difusión Cultaral ODC MINNUM 2013



Alameda Central: Un paseo por la historia.

En la Alameda Central, en el Centro Histórico de la Ciudad de México donde no hay álamos, sino sauces y fresnos-, existe un museo de arte a cielo abierto con una veintena de esculturas que para muchos paseantes pasan inadvertidas.


La Alameda Central es un parque emblemático en la Cd. de México con 400 años de antigüedad, lo que la convierte en el paseo más antiguo de la Ciudad de México. El Virrey Don Luis de Velasco solicitó al Ayuntamiento que se formara un paseo para darle belleza a la ciudad y que fuera lugar de recreo para sus habitantes. Se le dio el nombre de Alameda por haberse plantado álamos que más tarde se sustituyeron por sauces y fresnos. La Alameda fue el paseo popular por excelencia, mejoraron su arreglo y ornamentación con calzadas, esculturas, fuentes y monumentos.

Pero no todo el tiempo colonial se mantuvo la Alameda como paseo exclusivo de la aristocracia, ya que hubo tiempos en los que el descuido y abandono de las autoridades llegó a ser tal que el lugar se convirtió en basurero y refugio de malvivientes. Fue en los últimos años del siglo XVIII cuando el virrey conde de Revillagigedo se preocupó por embellecer el lugar y ordenó rodearlo de una cerca de madera, en tanto que el siguiente virrey marqués de Branciforte, ordenó colocarle puertas de hierro.

El verdadero carácter de lugar de asueto que hasta la fecha la distingue, lo adquirió hasta el siglo XIX, siendo el sitio idóneo para las celebraciones de la Independencia. Fue evidente que durante el Siglo XIX, sobre todo después de la segunda mitad, la sociedad mexicana se va abriendo a nuevas costumbres y usos, aspecto que se reflejó en una mayor presencia femenina en los paseos y una pronunciada necesidad de esparcimiento. En la Alameda se llevaron a cabo, partir de 1842, los festejos de las principales fiestas cívicas y a medida que se acercaba el fin de siglo fue también más heterogéneo el tipo de diversiones y eventos sociales que tuvieron lugar en los jardines, tal como lo imprimieron en sus páginas los periódicos de la época como El Mundo Ilustrado.


Museo al aire libre

Con trazo arquitectónico están bien distribuidos sus jardines, andadores y monumentos, destacando el hemiciclo a Benito Juárez, donde se ubicaba el Pabellón Morisco, trasladado en los primeros años del siglo XX a la Alameda de Santa María la Ribera.








Otra escultura tallada en bronce es la conocida como Gladiador con espada, representa a un guerrero con gorro frigio que empuña una espada. Esta se localiza al poniente del Hemiciclo. Junto está la obra en bronce de Jesús F. Contreras, llamada Malgré Tout 117 y que representa a una mujer desnuda encadenada y tirada al suelo. El original en mármol se encuentra en el Museo Nacional de Arte.

La Vida y la Paz es otra obra de Antonio Alvarez Portugal, elaborada en 1988 en el tronco de un árbol muerto, donde una mujer desnuda abraza el tronco y remata en una paloma estilizada.

“Desespoir”, obra de Agustín Ocampo, es una escultura en bronce de una mujer desnuda. El original es de mármol y se encuentra en el Museo Nacional de Arte. En la avenida Juárez esquina con Doctor Mora hay otra escultura de una mujer desnuda reclinada, de tipo griego con pectoral, cuyo autor se desconoce.

Las Fuentes de Caritas se ubican una en cada esquina de la Alameda, es una planta mixtilínea de brocal almohadillado y al centro pedestal con talantes adosados; bajo el tazón, caras por donde fluye el agua. Cabe destacar que una de las principales estatuas de ésta colorida alameda es la Fuente de Mercurio, obra de Juan de Bolonia, trabajada en bronce y representa a la usanza clásica con alas o talares en las sandalias y yelmo. Porta su báculo de serpientes.

En la parte norte, al centro, se ubica un pedestal tableado con ménsula y hojas de acanto que sostiene una gran copa adornada con festones y hojas que se repite en varios lugares de la Alameda.





Fuente de la Primavera 

Otra de las fuentes importantes es La Primavera, cuyo elemento principal es la estatua femenina con cántaro apoyada sobre una columna estriada y adornada con conchas. Junto se ubica la estatua femenina La Victoria, que en la mano derecha lleva un plato y en la izquierda flores.

La fuente de Neptuno y los Tritones es obra de Walter Dubray, hecha en 1857. Es circular y al centro tiene la estatua en bronce de Neptuno sentado en una concha y portando un tridente. Un par de peces funcionan como surtidores.
La Fuente de las Américas se ubica precisamente en el centro de la Alameda. Fue hecha en 1853, de planta mixtilínea que presenta un conjunto escultórico integrado por cuatro tritones infantiles en la base, sobre una tortuga, pedestal y doble plato. El elemento principal es una estatua femenina de torso desnudo, obra de Valdosinc.

Además del kiosco octagonal y la Madona con flores en las manos, está la Pareja de Aguadoras, obra del escultor Sauvegau, y son dos mujeres alrededor de una fuentecilla con sendas vasijas.

En la Fuente de Venus, obra de Marthain Moreau, se yergue una escultura femenina de bronce sobre una venera de angelitos y tritones a sus pies. Cerca, está la Venus con una paloma en sus manos y un manto. Junto está otra escultura masculina llamada simplemente El Gladiador.

El monumento a Beethoven, que data de 1921, fue trabajado en bronce por el escultor Goldenbench. En el pedestal, a media altura, la cara del músico alemán y en lo alto un hombre en actitud suplicante a los pies de un ángel.




Monumento a Beethoven
Por último, en la esquina norte se encuentra en un árbol muerto la escultura La Paz: un hombre con cinturón en forma de estrella, y en su base simplemente se lee: “Josué 87”.

EL hoy de la Alameda Central.

El parque alcanzo su mayor esplendor en épocas de Porfirio Díaz, cuando el general mando colocar –en el mismo lugar donde antes lucia el quiosco de estilo morisco que hoy engalana la Alameda de Santa María La Ribera-, y el tan famoso monumento dedicado a Benito Juárez. Desde entonces, no se había hecho en la Alameda Central un  trabajo de notable dedicación que devolviera a este espacio recreativo su encanto decimonico y de principios del siglo XIX.

Hoy, la Alameda luce fantásticos pisos de mármol que remplazaron a los degradados andadores de concreto. Los jardines y jardineras han sido totalmente reforestados con nuevas plantas y árboles como jacarandas y alamas –los cuales recuerdan por que el Central Park de Nueva York se inspiró en la Alameda para alcanzar su afamada imagen-. Mientras que, al anochecer, la nueva iluminación de los corredores y de las fuentes le otorga  un nuevo rostro que invita a los transeúntes a deambular con seguridad.


La Alameda de hoy se ha multiplicado en numerosas caras y siluetas que diariamente la habitan, la atraviesan y la circulan; turistas, estudiantes, lugar de descanso de los que tienen trabajo y de los que lo han perdido, de vendedores ambulantes, merolicos de diversos tipos y quehaceres; se oferta de todo: golosinas, algodón de azúcar, disco compactos, libros, vídeos, ropa, medicinas y ungüentos maravillosos, la buena y la mala suerte, artesanías, la tradicional foto con los Reyes magos o Santa claus, amor y desamor; punto de encuentro y desencuentro de lo tradicional y lo moderno; es un signo de interrogación y un desafío lanzado al futuro y es también, tal como lo plasmara Diego Rivera en su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central.

Sobre la calle de Doctor Mora, hoy convertida en un agradable andador peatonal, fue

colocada una réplica, en menor escala, del famoso mural hecho por el maestro Rivera en 1947. Si eres curisos notaras como, de izquierda a derecha, en la pieza se descubren importante personajes de la historia de México, todos deambulando por lo corredores de este antiguo parque.

Sin duda alguna, la Alameda Central es uno de los espacios públicos que ha cumplido un papel central en la configuración de la memoria colectiva de la Ciudad de México.













Fuentes: