Memorial Cd. de México



Memorial Cd. de México
por Oscar Repizo Departamento de Información y Servicios Públicos DPI MINNUM 2013



Centro Histórico

El Centro Histórico es la parte más antigua de la Ciudad de México y también es la que contiene algunos de los tesoros culturales más apreciados del país. El Centro, como lo llaman los habitantes de la ciudad, es una zona de calles que nos invitan a viajar al pasado y recordar sus tiempos de esplendor, tiempos en que las carrozas tiradas por caballos llevaban en su interior a virreyes y altos funcionarios, mientras comerciantes, frailes y religiosas, artesanos y otros personajes se abrían paso entre las famosas y bellas calles de la "Ciudad de los Palacios".

En el Centro Histórico de la Ciudad de México se encuentran verdaderas joyas de la arquitectura como la Catedral Metropolitana, construida a lo largo de tres siglos y que engloba en un mismo espacio los distintos estilos de la época virreinal. A unos pasos de la catedral se encuentran el Palacio Nacional, sede del Poder Ejecutivo mexicano y el Ayuntamiento de la Ciudad de México, ambos frente al Zócalo de la ciudad o Plaza de la Constitución (la segunda más grande del mundo después de la Plaza Roja de Moscú).

Caminando hacia la zona de la Alameda Central, en la calle de 5 de mayo, nos encontramos con destacados ejemplos de la arquitectura ecléctica porfiriana. Muy cerca de ahí, sobre la Calle de Tacuba, nos topamos con lugares tan tradicionales de la ciudad, como El Café Tacuba, un agradable restaurante, decorado con un excelente gusto mexicano con mosaicos de Talavera y en donde se sirven las delicias de la cocina tradicional mexicana. En la misma calle se encuentra Plaza Tolsá, lugar de gran armonía arquitectónica, con edificios tan destacados como el Museo Nacional de Arte, uno de los más bellos del Centro Histórico y el Palacio de Minería, de austera sobriedad neoclásica que alberga la Feria del Libro del Palacio de Minería, una de las más concurridas de la ciudad. Casi enfrente de la Plaza Tolsá, a un lado del Palacio de Minería, se encuentra el hermoso Palacio de Correos, edificio de refinado estilo inspirado en la arquitectura de Venecia.

Justo frente al Palacio de Correos, atravesando el Eje Central, nos encontramos con el maravilloso Palacio de Bellas Artes, una de las salas de conciertos más hermosas del mundo, decorada con impresionantes esculturas ejecutadas en estilo Art Nouveau para el exterior, que contrastan con la sobria elegancia de su interior Art Deco, decorado con motivos geométricos y prehispánicos. Es en frente de este Palacio, desde donde podemos apreciar otro de los edificios más simbólicos de la urbe, la Torre Latinoamericana, el primer rascacielos de la ciudad y en su tiempo la construcción más alta de Latinoamérica, el cual en su cúspide cuenta con un mirador, que en días despejados, permite tener hermosas perspectivas a los cuatro puntos cardinales de la ciudad.

El Centro Histórico de la Ciudad de México, es un lugar tan maravilloso, que no podríamos terminar de enumerar sus grandes atractivos y leyendas, mismas que han pasado a formar parte del legado nacional, lo que ha llevado a la UNESCO a declararlo como "Patrimonio Cultural de la Humanidad". Durante los últimos años se ha emprendido una intensa campaña de restauración, para devolverle a la zona el esplendor y el dinamismo que la caracterizaba en otras épocas.

Atractivos de esta zona:

Zócalo
Catedral Metropolitana
Palacio Nacional
Palacio de Correos
Palacio de Minería
Templo de Loreto
Palacio de Medicina
Palacio de Bellas Artes
Alameda Central
Torre Latinoamericana
Museo Nacional de Arte
Plaza Garibaldi           
Templo de San Hipólito
Panteón de San Fernando
Templo de San Fernando
Edificio de la Asamblea Legislativa
Museo de la Ciudad de México
Antiguo Palacio del Arzobispado
Academia de San Carlos
Museo del Tequila y el Mezca

A continuación una breve información acerca de algunos atractivos del centro histórico:

La Plaza de la Constitución



Tiene su origen en la explanada de la ciudad de México Tenochtitlan. Durante el virreinato se le conoció como Plaza de Armas, actualmente es conocida como el “Primer Cuadro” o “Zócalo”. Este último apelativo se debe a que en 1844, se construyó en el centro de la plaza una base o zócalo para colocar sobre él un monumento a la Independencia. Sin embargo, nunca fue construido y al correr de los años surgieron expresiones como: "nos vemos en el zócalo", y se comenzó a confundir el nombre del basamento con el de la plaza. 



Zona Arqueológica del Templo Mayor

Ubicado en lo que fuera el centro de Tenochtitlan, el Templo Mayor de los mexicas se constituyó en el corazón y origen de la ciudad de México. El templo representaba para los aztecas el centro fundamental de su cosmovisión; de ahí partían los cuatro rumbos del universo. Era el lugar por el cual se ascendía a los niveles celestes o trece cielos y, al mismo tiempo, por donde se bajaba al Mictlan o inframundo. En la cima de la pirámide se encontraban los adoratorios del dios del agua y de la fertilidad Tláloc y del dios de la guerra Huitzilopochtli, a los cuales se accedía por dos escalinatas, este espacio fue el sitio sagrado por excelencia.

La zona arqueológica se recorre por un andador que permite ver las ruinas de cerca, entre las que se pueden observar entre muchas otras cosas, representaciones de cabezas de serpientes.


Catedral Metropolitana



Considerada como una joya de la arquitectura colonial, es la más grande de Latinoamérica y principal templo católico de nuestro país. Construida a lo largo de tres siglos, inició en 1573 y fue terminada hasta 1813 por el arquitecto y escultor neoclásico Manuel Tolsá, reflejan en una misma construcción los distintos estilos arquitectónicos de la época virreinal ya que cuenta con elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos que la hacen única en su género. Edificada con cantera gris, mide 110 metros de largo por 54.5 de ancho, al interior los muros son de piedra y el piso es de mármol de Puebla. Tiene cinco grandes altares, 14 capillas, el área del coro (uno de los elementos más destacados en este recinto) ornamentado en estilo barroco con dos órganos monumentales y mobiliario proveniente de las colonias asiáticas del imperio español, destaca la sillería, una crujía, una sala capitular, una sacristía, dos vestidores y cinco puertas principales. La torre oriental tiene 18 campanas y la occidental, siete. Este fascinante templo posee una planta en forma de cruz latina con tres puertas principales hacia el zócalo capitalino (la del centro una puerta jubilar que sólo es abierta en ocasiones especiales).

Se recomienda comprar boleto para subir al campanario. Además de ser un recorrido interesante, ofrece vistas inigualables del Zócalo. 

El Palacio Nacional

Este recinto es la sede del Poder Ejecutivo de México y uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. En su interior se pueden visitar patios, corredores y salones que han sido testigos de importantes acontecimientos de la historia mexicana. Por sus espacios han caminado virreyes, invasores extranjeros, presidentes, dictadores y emperadores, así como alguno que otro revolucionario como Pancho Villa o Emiliano Zapata.

En su larga historia se ha modificado varias ocasiones; una de las más importantes fue la del arquitecto Augusto Petriccioli en 1927, quien añadió al edificio un piso y le dio a la fachada el aspecto que hoy luce. En su interior se encuentran los murales de Diego Rivera, en los que se plasman las principales etapas de nuestra historia. También se puede visitar el Recinto en Homenaje a Benito Juárez en el cual, se conservan las pertenencias, mobiliario y documentos de dicho presidente.

Actualmente es la sede oficial de algunas dependencias del gobierno para actos de protocolo y para las tradicionales celebraciones del Grito de Independencia y del Desfile Militar del 16 de septiembre.


Torre Latinoamericana

La Torre Latinoamericana considerada el primer rascacielos de la ciudad y en su tiempo la construcción más alta de América Latina. En el piso 44 hay un mirador, en el que podrá disfrutar de una vista panorámica de los cuatro puntos cardinales de la ciudad y, en días despejados, se deleitará con los volcanes Popocatépetl e Ixtaccíhuatl, así como con el Ajusco y la Villa de Guadalupe que rodean el Valle de México.




Palacio de Bellas Artes

Considerado como el principal foro de arte y cultura en México, es una de las salas de conciertos más hermosas del mundo. La construcción de este impactante edificio empezó en 1905 y duró casi treinta años. La fachada está hecha de mármoles de distintas procedencias y decorado con esculturas; en su interior tiene motivos geométricos y prehispánicos y está ornamentado con murales de Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, Jorge González Camarena y Manuel Rodríguez Lozano. También sobresale la cortina de mosaicos de cristal que engalana su teatro principal, el cual tiene capacidad para 2,000 asistentes y es considerado uno de los más notables del país. El recinto es sede del Museo Nacional de Arquitectura, además de agrupaciones nacionales de música y danza.

Vale la pena consultar la cartelera para disfrutar alguna función de ópera, danza, ballet, teatro o uno de los estupendos conciertos que ahí se presentan. En el restaurante que está dentro del propio palacio vale la pena disfrutar de un café, un refrigerio o un aperitivo en un ambiente relajado.

El Palacio de Bellas Artes se ha convertido en un pilar emblemático del panorama urbano de la ciudad de México, razón por la cual en 1987 fue declarado por el Gobierno Federal como Monumento Artístico.



Alameda Central

Es considerada como el primer parque público de la ciudad. Fue erigida en el siglo XVI por Luis de Velasco II, octavo virrey de la Nueva España, quien interesado en que sus habitantes tuvieran un sitio para disfrutar y pasear, escogió un solar en 1592, más allá de la traza original de la ciudad habitada por la población española. El lugar fue delimitado con una barda de protección y el virrey ordenó plantar cientos de álamos - de donde se derivó su nombre -, los cuales al poco tiempo se secaron y fueron sustituidos por otras especies de árboles.

En el siglo XVII se amplió el jardín y se construyeron calzadas para que en ellas pasearan solamente los miembros de la clase social acaudalada, quienes lucían sus mejores joyas y atavíos. Para el siglo XVIII, la Alameda fue remodelada porque se había convertido en refugio de maleantes. Durante los siglos XIX y XX sufrió otros cambios: se construyeron fuentes monumentales, bancas para descanso, un quiosco, esculturas y el hemiciclo dedicado a don Benito Juárez.


Museo Nacional de Arte





Durante los últimos años del gobierno del general Porfirio Díaz, previos a la celebración de las fiestas del Centenario de la Independencia, se construyó el Palacio de Comunicaciones y Obras Públicas en terrenos del antiguo Hospital de San Andrés.

El edificio de tres pisos tiene una fachada donde sobresalen elementos clásicos y renacentistas. El interior se distingue por los trabajos de herrería, maderas talladas, vidrios biselados y pinturas que aluden al orden, paz y progreso. En el antiguo palacio funcionó hasta 1981 el Archivo General de la Nación y actualmente alberga al Museo Nacional de Arte, que muestra una colección representativa de arte mexicano del siglo XVI a principios del siglo XX.  





MAPA






Fuentes: