Centro
Histórico
El Centro Histórico es la parte más
antigua de la Ciudad de México y también es la que contiene algunos de los
tesoros culturales más apreciados del país. El Centro, como lo llaman los
habitantes de la ciudad, es una zona de calles que nos invitan a viajar al
pasado y recordar sus tiempos de esplendor, tiempos en que las carrozas tiradas
por caballos llevaban en su interior a virreyes y altos
funcionarios, mientras comerciantes, frailes y religiosas, artesanos y otros
personajes se abrían paso entre las famosas y bellas calles de la "Ciudad
de los Palacios".
En el Centro Histórico de la Ciudad de
México se encuentran verdaderas joyas de la arquitectura como la Catedral
Metropolitana, construida a lo largo de tres siglos y que engloba en un mismo
espacio los distintos estilos de la época virreinal. A unos pasos de la
catedral se encuentran el Palacio Nacional, sede del Poder Ejecutivo mexicano y
el Ayuntamiento de la Ciudad de México, ambos frente al Zócalo de la ciudad o
Plaza de la Constitución (la segunda más grande del mundo después de la Plaza
Roja de Moscú).
Caminando hacia la zona de la Alameda
Central, en la calle de 5 de mayo, nos encontramos con destacados ejemplos de
la arquitectura ecléctica porfiriana. Muy cerca de ahí, sobre la Calle de
Tacuba, nos topamos con lugares tan tradicionales de la ciudad, como El Café
Tacuba, un agradable restaurante, decorado con un excelente gusto mexicano con
mosaicos de Talavera y en donde se sirven las delicias de la cocina tradicional
mexicana. En la misma calle se encuentra Plaza Tolsá, lugar de gran armonía
arquitectónica, con edificios tan destacados como el Museo Nacional de Arte,
uno de los más bellos del Centro Histórico y el Palacio de Minería, de austera
sobriedad neoclásica que alberga la Feria del Libro del Palacio de Minería, una
de las más concurridas de la ciudad. Casi enfrente de la Plaza Tolsá, a un lado
del Palacio de Minería, se encuentra el hermoso Palacio de Correos, edificio de
refinado estilo inspirado en la arquitectura de Venecia.
Justo frente al Palacio de Correos,
atravesando el Eje Central, nos encontramos con el maravilloso Palacio de
Bellas Artes, una de las salas de conciertos más hermosas del mundo, decorada
con impresionantes esculturas ejecutadas en estilo Art Nouveau para el
exterior, que contrastan con la sobria elegancia de su interior Art Deco,
decorado con motivos geométricos y prehispánicos. Es en frente de este Palacio,
desde donde podemos apreciar otro de los edificios más simbólicos de la urbe,
la Torre Latinoamericana, el primer rascacielos de la ciudad y en su tiempo la
construcción más alta de Latinoamérica, el cual en su cúspide cuenta con un
mirador, que en días despejados, permite tener hermosas perspectivas a los
cuatro puntos cardinales de la ciudad.
El Centro Histórico de la Ciudad de
México, es un lugar tan maravilloso, que no podríamos terminar de enumerar sus
grandes atractivos y leyendas, mismas que han pasado a formar parte del legado
nacional, lo que ha llevado a la UNESCO a declararlo como "Patrimonio
Cultural de la Humanidad". Durante los últimos años se ha emprendido una
intensa campaña de restauración, para devolverle a la zona el esplendor y el
dinamismo que la caracterizaba en otras épocas.
Atractivos
de esta zona:
Zócalo
Catedral Metropolitana
Palacio Nacional
Palacio de Correos
Palacio de Minería
Templo de Loreto
Palacio de Medicina
Palacio de Bellas Artes
Alameda Central
Torre Latinoamericana
Museo Nacional de Arte
Plaza Garibaldi
Templo de San Hipólito
Panteón de San Fernando
Templo de San Fernando
Edificio de la Asamblea Legislativa
Museo de la Ciudad de México
Antiguo Palacio del Arzobispado
Academia de San Carlos
Museo del Tequila y el Mezca
A continuación una breve información
acerca de algunos atractivos del centro histórico:
Tiene su origen en la explanada de la
ciudad de México Tenochtitlan. Durante el virreinato se le conoció como Plaza
de Armas, actualmente es conocida como el “Primer Cuadro” o “Zócalo”. Este
último apelativo se debe a que en 1844, se construyó en el centro de la plaza
una base o zócalo para colocar sobre él un monumento a la Independencia. Sin
embargo, nunca fue construido y al correr de los años surgieron expresiones
como: "nos vemos en el zócalo", y se comenzó a confundir el nombre
del basamento con el de la plaza.
Zona
Arqueológica del Templo Mayor

La zona arqueológica se recorre por un
andador que permite ver las ruinas de cerca, entre las que se pueden observar
entre muchas otras cosas, representaciones de cabezas de serpientes.
Catedral
Metropolitana

Se recomienda comprar boleto para
subir al campanario. Además de ser un recorrido interesante, ofrece vistas
inigualables del Zócalo.
El
Palacio Nacional
Este recinto es la sede del Poder
Ejecutivo de México y uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. En su
interior se pueden visitar patios, corredores y salones que han sido testigos
de importantes acontecimientos de la historia mexicana. Por sus espacios han
caminado virreyes, invasores extranjeros, presidentes, dictadores y
emperadores, así como alguno que otro revolucionario como Pancho Villa o Emiliano
Zapata.
En su larga historia se ha modificado
varias ocasiones; una de las más importantes fue la del arquitecto Augusto
Petriccioli en 1927, quien añadió al edificio un piso y le dio a la fachada el
aspecto que hoy luce. En su interior se encuentran los murales de Diego Rivera,
en los que se plasman las principales etapas de nuestra historia. También se
puede visitar el Recinto en Homenaje a Benito Juárez en el cual, se conservan
las pertenencias, mobiliario y documentos de dicho presidente.
Actualmente es la sede oficial de
algunas dependencias del gobierno para actos de protocolo y para las
tradicionales celebraciones del Grito de Independencia y del Desfile Militar
del 16 de septiembre.
Torre Latinoamericana
La Torre Latinoamericana considerada el
primer rascacielos de la ciudad y en su tiempo la construcción más alta de
América Latina. En el piso 44 hay un mirador, en el que podrá disfrutar de una
vista panorámica de los cuatro puntos cardinales de la ciudad y, en días
despejados, se deleitará con los volcanes Popocatépetl e Ixtaccíhuatl, así como
con el Ajusco y la Villa de Guadalupe que rodean el Valle de México.
Palacio
de Bellas Artes
Considerado como el principal foro de
arte y cultura en México, es una de las salas de conciertos más hermosas del
mundo. La construcción de este impactante edificio empezó en 1905 y duró casi
treinta años. La fachada está hecha de mármoles de distintas procedencias y
decorado con esculturas; en su interior tiene motivos geométricos y
prehispánicos y está ornamentado con murales de Diego Rivera, José Clemente
Orozco, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, Jorge González Camarena y Manuel
Rodríguez Lozano. También sobresale la cortina de mosaicos de cristal que
engalana su teatro principal, el cual tiene capacidad para 2,000 asistentes y
es considerado uno de los más notables del país. El recinto es sede del Museo
Nacional de Arquitectura, además de agrupaciones nacionales de música y danza.
Vale la pena consultar la cartelera
para disfrutar alguna función de ópera, danza, ballet, teatro o uno de los
estupendos conciertos que ahí se presentan. En el restaurante que está dentro
del propio palacio vale la pena disfrutar de un café, un refrigerio o un
aperitivo en un ambiente relajado.
El Palacio de Bellas Artes se ha
convertido en un pilar emblemático del panorama urbano de la ciudad de México,
razón por la cual en 1987 fue declarado por el Gobierno Federal como Monumento
Artístico.
Alameda
Central
Es considerada como el primer parque
público de la ciudad. Fue erigida en el siglo XVI por Luis de Velasco II,
octavo virrey de la Nueva España, quien interesado en que sus habitantes
tuvieran un sitio para disfrutar y pasear, escogió un solar en 1592, más allá
de la traza original de la ciudad habitada por la población española. El lugar
fue delimitado con una barda de protección y el virrey ordenó plantar cientos
de álamos - de donde se derivó su nombre -, los cuales al poco tiempo se
secaron y fueron sustituidos por otras especies de árboles.
En el siglo XVII se amplió el jardín y
se construyeron calzadas para que en ellas pasearan solamente los miembros de
la clase social acaudalada, quienes lucían sus mejores joyas y atavíos. Para el
siglo XVIII, la Alameda fue remodelada porque se había convertido en refugio de
maleantes. Durante los siglos XIX y XX sufrió otros cambios: se construyeron
fuentes monumentales, bancas para descanso, un quiosco, esculturas y el
hemiciclo dedicado a don Benito Juárez.
Museo
Nacional de Arte
Durante los últimos años del gobierno
del general Porfirio Díaz, previos a la celebración de las fiestas del
Centenario de la Independencia, se construyó el Palacio de Comunicaciones y
Obras Públicas en terrenos del antiguo Hospital de San Andrés.
El edificio de tres pisos tiene una
fachada donde sobresalen elementos clásicos y renacentistas. El interior se
distingue por los trabajos de herrería, maderas talladas, vidrios biselados y
pinturas que aluden al orden, paz y progreso. En el antiguo palacio funcionó
hasta 1981 el Archivo General de la Nación y actualmente alberga al Museo
Nacional de Arte, que muestra una colección representativa de arte mexicano del
siglo XVI a principios del siglo XX.
MAPA
Fuentes:
http://www.conaculta.gob.mx/turismocultural/destino_mes/cd_mexico/recorridos.html
http://www.mexicocity.gob.mx/mapas/
http://www.mexicocity.gob.mx/mapas/